Me gusta mucho el cine y desde chica que soy asidua, es como mi paseo favorito:sola o acompañada siempre la paso bien.
El otro día andaba toda nostálgica acordándome de los años del colegio cuando leí que el cine Pedro de Valdivia había cerrado y que lo iban a rematar.
Yo soy del barrio, de Providencia y el Pedro de Valdivia y Las Lilas eran los primeros paseos que mi mamá nos dejaba ir solas porque era cerca. El Pedro de Valdivia quedaba a una micro (y en ese tiempo nos servían todas las que bajaban por Bilbao) y el Las Lilas a patita.
Aquí voy a tirar el carnet con alevosía. No recuerdo qué fue lo primero que vi allí pero fui a ver Los Cazafantasmas, Volver al Futuro I, Indiana Jones...con mi papá y con mi hermana. Éramos chicas y no vendían todavía pop corns, a lo más naranjitas bañadas en chocolate pero nunca fuimos buenas para comer adentro del cine. No faltaba el cabezón que me tapaba la pantalla por lo que siempre mi papá nos compraba en la punta de la fila. Lo más entretenido era que las entradas había que ir a comprarlas antes para tener una buena ubicación (daban el típico papelito enrollado con el número del asiento). En fin... recuerdo tres idas en grupo: Indiana Jones y la última cruzada con las chicas del colegio (que no son las traidoras del post anterior), Peggy Sue, su pasado la espera (cuando la Kathleen Turner era joven y Nicolas Cage tenía pelo propio) y Hamlet. Ésta última fue cuando estaba recién en primero de la U...y que nos acaparamos toda la fila del cine y la mitad se durmió toda la película.
Después vinieron los tiempos del Hoyts La Reina, donde podía ir en auto, estacionarme sin drama y elegir ahí mismo el asiento. Al principio no me gustaba, pero de a poco me fui acostumbrando sobretodo a la modalidad de tanta película en un lugar. La gente parece que también se fue acostumbrando y primero murió el Las Lilas y ahora el Pedro de Valdivia.
Lo último que vi ahí fue La Guerra de los Mundos...admito que no me causó ningún chiste pagar luca por el estacionamiento al aire libre y más encima era invierno, estaba oscuro y hacía frío. Nada que hacer, ahí mismo pensé que los días del cine de barrio estaban contados.
Ahora me quedo sí o sí con el hoys de la reina, tengo buenos recuerdos de las idas para allá, y lejos lo mejor de los cines modernos, es que los asientos están más empinados, y tiene que haber prácticamente una jirafa delante para que estorbe.
Aurazos, y recuerda que tenemos que ir a ver con las niñas "el amor en los tiempos del cólera".