Mi peor año nuevo
23 septiembre, 2007
Hace muchos años, en una galaxia muy lejana...Estaba en la universidad y ese 31 de diciembre en mi casa no se haría nada porque mi mamá tenía que trabajar y yo tampoco tenía auto ni un panorama distinto a ver la llegada de las 12 en la tele.
La última semana de clases salió la idea de una compañera de curso de que fuéramos para su casa. Ella vivía en Quilicura y ya habíamos hecho varias juntas allá y habían resultado bien entretenidas, eso se sumaba al hecho de que otra compañera nuestra vivía al frente.
Todo bien, mi papá me fue a dejar al otro lado de Santiago temprano y su familia fue llegando de a poco. Se me olvidaba contar que ella vivía sola, pero sus papás vivían a 1 cuadra y con suerte yo los había visto una vez.
Fue pasando la hora y no llegaba nadie del grupo. Recordé que la compañera-vecina no era de Santiago y seguramente se había ido a su ciudad (lo que comprobé minutos después al preguntar) y así sucesivamente...el grupo era casi todo de fuera de Santiago. Ahí recién me di cuenta que yo era la única invitada.
A esa altura eran como las 11 de la noche y yo ya estaba resignada a estar entre desconocidos.

Dieron las 12 y tuve que abrazar y dar mi mejores-falsos deseos a un montón de gente que no había visto nunca antes. Fue super fome, sobretodo cuando empezó "El galeón español"...hice mi mejor esfuerzo de poner cara de entretenida, cuando en realidad estaba podrida y me dió toda la pena cuando pensaba que hubiera mil veces preferido haber estado en la casa, con mi papá y mis hermanos aunque fuera viendo tele y tomando bebida. Aguantándome los pucheros me fui a dormir al segundo piso mientras que los derivados de la Sonora Palacios sonaban a lo lejos. Al otro día ni me acuerdo si tomé la micro que me dejaba en la Plaza Italia o no...de ahí saqué varias conclusiones:

- no me gusta dar abrazos forzados.
- no me gusta El galeón español y sus derivados.
- prefiero pasar el año nuevo, sobretodo las 12, con conocidos y/o familiares.

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divagaciones de eat-desserts a las 5:05 p. m. | 17 guiños
El Photoshop
18 septiembre, 2007
Hace harto tiempo que tenía ganas de no molestar más a la gente pidiéndole que me pegara fotos, me las arreglara o les pusiera texto.
Había intentado de mala gana hacerlo yo sola con el photoshop pero me rendía luego de un par de intentos donde a cada rato me salía algún mensaje de error o de que no había seleccionado ni un pixel.
Pues bien, me dijeron que empezaba un curso de 4 clases, que no era muy barato pero que era personalizado. Me dijeron "upa" y yo dije "chalupa". Y así fue no más.
Ya llevo tres clases y es bastante entretenido y como dijo el profe, es cosa de "explorar" el programa. Por mi parte me siento bastante contenta de poder arreglar algunas de mis fotos y las fotos del trabajo también. Ahora estoy muy embalada arreglando las fotos del concurso del Club de Lulú y al mismo tiempo haciendo las tareas para el curso.
He descubierto un nuevo hobbie que puede tener insospechadas consecuencias.
Aquí mi segunda tarea...borrando gente como loca.

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divagaciones de eat-desserts a las 10:30 p. m. | 13 guiños
Serendipity
09 septiembre, 2007

Esta es una película para chicas que siempre me ha gustado, a pesar que no es tan nueva (porque uno va evolucionando con el gusto por estas películas). Se trataba de un chico que conoce a una chica mientras ambos agarran al mismo tiempo un guante en una tienda de departamentos (en NY), en plena época prenavideña. Ella plantea dejar que el destino los junte, si es que están destinados el uno por el otro. La chica era inglesa y él era norteamericano...veánla si no la han visto (categoría girls only).

Serendipity es el efecto por el cual uno accidentalmente descubre algo afortunado, especialmente cuando uno andaba buscando otra cosa distinta.

Me gusta creer en el efecto serendipity, es agradable para la vida, es como darle "sal a la vida" porque es bastante optimista creer que el destino te depara sorpresas.

La otra vez me puse a conversar con alguien a quien conocía sólo de vista porque por esas casualidades de la vida, andábamos como solos entre casi puras caras desconocidas. Y como soy malita para conversar y también me gusta escuchar me contó un montón de cosas de su vida, planes, encrucijadas y cosas domésticas.
En otras circunstancias nunca habría conversado con él porque no nos topamos en la vida diaria, y como dije, éramos prácticamente desconocidos. No es que me hubiera "enamorado" ni nada por el estilo (de hecho creo que fue todo lo contrario) sino que me pareció bastante serendipity nuestra tertulia de dos días.

Por supuesto, que los que nos observaron me preguntaron si había anotado sus datos, como teléfono, mail, msn o lo que fuere y la verdad es que no lo hice (casi me dieron un coscacho). No, porque no me interesaba seguir o entablar ninguna relación de ninguna clase con él y porque además siempre el "serendipity" me ronda y quería darle su cauce natural. Obviamente nunca más nos topamos por la vida y va a ser difícil que nos encontremos de nuevo, pero no es el punto. Aunque sea para algunos ridículo: si tengo que encontrarme con alguien, por el motivo que sea, pasará.

He tenido otros encuentros con hombres/mujeres notables productos del azar que valieron la pena y han aportado a mi vida.

Creo firmemente en el serendipity, le da sal a mi vida.

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divagaciones de eat-desserts a las 12:23 p. m. | 20 guiños
El experimento:segunda parte y final.
02 septiembre, 2007

A fines de junio publiqué un post llamado el experimento que trataba de mi segundo curso de francés.

Debo decir que yo venía muy embalada del primer curso que fue un intensivo que juntaba los dos primeros niveles del "debutante" (alguien me dijo que parecía curso de vedette, el nombre). Había aprendido mucho para no saber decir ni hola en francés y las dos profesoras que tuve eran muy entretenidas y mantenían atentos a los 11 alumnos que éramos a pesar de que eran 3 horas de clases, dos veces por semana (después del trabajo o los estudios según correspondiera).

Les comunico que mi desencanto con este curso no fue inmediato. Echaba de menos a mis otros compañeros pero pensé que podría arreglarse éso si le daba una oportunidad a los nuevos... error.
Parece que todos fuimos víctimas del desencanto y la culpa de todo la tuvo el profesor.

Yo creo que el profesor no era profesor, para empezar. Su único plus era ser nacido y criado en Francia pero con pocas técnicas docentes.

Empezamos con la sala llena, de hecho una compañera del otro curso no alcanzó a inscribirse y tuvo que tomar un cupo en la clase de al lado. Poco a poco fueron desapareciendo personas: el brasileño que les conté que lo encontraba regio, duró 3 clases y a la segunda clase ya no lo encontraba regio sino que normal (además era el marido de la brasileña que era "seca" para el idioma).
Al pelado de la trencita, le empezó a crecer el pelo y faltaba clase por medio. Nos contó que se iba a Francia luego y que suponía que no necesitaría el idioma. No hablaba mucho y había olvidado todo de los dos primeros cursos porque lo había hecho el año pasado.
La niña sobremaquillada, no se maquilló más y captó al tiro que el profesor era un latero y flojo. Le daba lata la clase y no lo disimulaba. Lamentablemente tuvo un accidente en moto y estuvo fuera 2 semanas (afortunadamente no tuvo lesiones graves y eso que iba ¡sin casco!).
La que yo llamé "loca" no lo era. Era una chica trabajadora como todo el mundo, parvularia que tiene sí o sí que aprender francés. Se ganó una beca para ir a estudiar durante 8 meses a Francia pero para su mala suerte, su apellido es francés y el Instituto le negó el pase a irse porque le dijo que "era una vergüenza que con ese apellido, no hablara mejor". Pobre chica, le dimos el número de teléfono de la segunda profesora que tuvimos, que era capaz de enseñarle a cualquiera a hablar francés. Ojalá que lo logre, tiene hasta diciembre para acreditar nivel intermedio.
La española era simpática, faltaba poco a clases y hacía sus tareas. Tampoco podía disimular su desencanto con el profesor apático.
La madre y la hija eran un fastidio. La hija sobretodo porque hablaba hasta por los codos pero en español y el profe ni siquiera la corregía ya a partir de la tercera semana de clases (como que se había resignado).
Y así fui cayendo en un espiral de insatisfacción personal que se fue acrecentando cuando empecé a ver que se avanzaba poco por clases, que el profe era incapaz de levantarse de la mesa para escribir en la pizarra y que simplemente me respondía cualquier cosa, cuando le preguntaba algo.
Llegué a pensar que era yo pero un día le pregunté POR MESSENGER, una duda a un amigo francés y ¡me la explicó perfectamente!. Era muy simple la respuesta pero el profe no había sido capaz de poner algo de esfuerzo en explicar.
Lo que más me molestaba era que no se paraba a escribir en la pizarra y tampoco se molestaba en hacernos leer en voz alta y corregirnos la pronunciación, como sí hacían las dos profesoras anteriores. Creo que con suerte ocupé 5 hojas de mi cuaderno.
Así, la semana pasada decidí no ir más a clases...restando 5 clases para el final. Trataré de abuenarme nuevamente con el idioma pero no sé si vuelva. Boté mi plata y eso que el curso no era barato, pero ya no era capaz de soportarlo...

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divagaciones de eat-desserts a las 6:10 p. m. | 18 guiños
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