Yo tenía 17 años y estábamos en primer año de la U. La primera clase de matemáticas, en una sala helada con olor a humedad, aunque era marzo y afuera hacía calor. Esos son mis primeros recuerdos, seguramente nos topamos antes por los pasillos, pero como buena mechona andaba pendiente de no hacer el ridículo.
Por nuestros apellidos coincidimos en casi todos los grupos de seminarios. Sí, qué tiempos aquellos de mechones. No sé cuando ni por qué exactamente nos juntamos. No nos separamos hasta 7 años después. Ah! sí, tomábamos la Macul Palmilla 17C en Independencia y compartíamos el largo camino de vuelta a la casa. Obviamente comenzamos nuestra amistad comentando la clase, la tarea, los compañeros.
Tenemos muchas historias graciosas juntos: bajarse de la micro a lo choco panda (saltando no más), los chocolates sanhe russ (¿chocolates?), la humorada (Kung foo se bajaba como 6 cuadras antes para acompañarme a que me subiera a la segunda micro que tomaba), la lluvia, los paraguas, las sopaipillas, el olor a fritanga del paradero, Jesus he doesn't know me, el toplero marginal, we can't work it out, quilicura, la egipcia, los faraones, capacítate y muchísimas más.
Resolvíamos nuestra vida en aquellos paseos en micro, hablábamos de todo, desde nuestras vidas pasadas en el colegio, las pololas y niñas engrupibles de él, de la familia, de ser alumnos engrupidísimos con la medicina, de nuestros ideales, en fin. El sarcasmo era algo que compartíamos, debe ser por eso que nos aguantamos tantos años. Él no fue mister popularidad en la U, al contrario.
Con Kung Foo nos peleamos algunas veces, me decía esas cosas que no te gusta escuchar aunque, como lo hacen tus padres, siempre quieren lo mejor para ti. Cosas como: no ser tan arrastrada con alguien, él es un pelotudo, intúbalo ahora, entra a pabellón, te doy luca si atravesai el patio oscuro (con la estatua de la Virgen) a las 12 de la noche y muchas más. Me salvó de los perros "salvajes" en Frutillar que a toda costa querían morderme y hace poco tiempo, evitó que me asfixiaran en el recital de Placebo.
Kung Foo me hizo llorar un par de veces cuando éramos más grandes y me hizo comprender que cada uno tiene sus talentos, aunque yo quisiera haberlo hecho todo perfecto. Me dió la brillante idea de considerar postular a la especialidad que ahora tengo.
Pasó mucha agua bajo el puente, pololos, pololas, veranos en práctica, veranos de ocio pero cada vez que volvía marzo continúabamos con nuestra rutina de yuntas.
Nos separamos y perdimos todo contacto como 5 años por motivos laborales principalmente. La vida nos volvió a juntar y cada vez nos acordamos de más y más cosas buenas y malas que nos ocurrieron.
A veces me decía "pequeña saltamontes, tienes que aprender de tu maestro"...yiaaaaaaaaa... Estoy segura que a veces estos papeles se invertían.
Siempre juntarnos es retomar la larga y verdadera amistad que nos une, aunque ya no seamos los mechones que andaban para todos lados juntos. Ahora nos juntamos a comer sushi, seguimos recordando estas cosas, aunque ahora tenemos a sra.Foo que nos escucha y, ¿cómo sabemos?, la vida a lo mejor nos vuelve a hacer partners en el trabajo (nunca se sabe).
Kung Foo me pidió que si posteaba algo, no lo nombrara. Nunca fue Kung Foo tampoco su verdadero alias pero como nosotros vivimos ahora en un mundo bastante "conservador", protejo su verdadera identidad. Otro más de nosotros con amos y calabozos.
Este post está dedicado a él y a la verdadera amistad.