Anoche no sé en qué momento comenzamos a hacer una lista con nuestras próximas posibles víctimas y lo penoso es que sólo se llena con nombres de fantasía. Me faltó poner al pato Donald no más.
Para reflexionar acerca de la escasa oferta en el mercado de las oportunidades. Bueno, cuando a uno le toca, da lo mismo en realidad como está el mercado. Es como lo de las estadísticas, que pasan a tener ninguna importancia cuando el afectado es uno mismo.
Bastante corto el veranito de San Juan. Lo más trágico fue que me encargué de recordarle a todo el que se me cruzaba de que esa era la noche de San Juan. A mi se me olvidó por completo, es más, apagué la luz a las 23:59 del 23 de junio...otro año más sin desafiar al destino. ¡Qué perna!.
Volviendo a la lista, por mi propia seguridad la boté a la basura y no la pienso trascribir en ninguna parte. Voy a dejar que quede como una anécdota trasnochada más y supongo que me reiré si es que me llegase a resultar...nunca se sabe, ¡no me subestimo!