Adiox
07 agosto, 2009
Parece que el cambio de autos en mi vida, va cerrando etapas. El Peugeot se fue- más rápido de lo que imaginé. Lo tuve siete años y como manejo poco y a disgusto, estaba de pelos al momento de la venta.
La compradora se sacó el de oro porque:
- hace 2 años le compré una rueda nueva (después que se me rajó literalmente, con una moto que pensó que doblaría en tercera fila).
- le hice cambio de aceite y filtro hace 1 mes.
- le cambié el filtro de aire para que no saliera olor a perro mojado cuando prendía el aire acondicionado.
- le cambié enteras las plumillas de adelante hace 2 años (bien caritas salieron).
- había pagado entero el permiso de circulación.
- le quedaba medio estanque de bencina.

Tenía pocas yayas: portazos varios por todo el perímetro, un raspón en el parachoque trasero que me di con una casita de ladrillo del balón de gas licuado y un rayón detrás de la puerta trasera. Tenía suelta la perilla del asiento del copiloto y sonaba la puerta del portamaletas cada vez que pasaba por un resalte o caia a un hoyo. El comando al volante de la radio estaba medio julero y cambiaba las radios a su antojo.

Igual me dio pena venderlo, todavía estaba re bueno pero es cierto que ya me va a costar encontrar repuestos y no estoy ni ahí con andar urgida preocupada por mantenciones.

El auto nuevo tiene olor a nuevo, es suavecito, tiene radio con cd y mp3 pero todavía no me acostumbro. Igual siete años es harto tiempo.

divagaciones de eat-desserts a las 6:08 p. m. | 2 guiños
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