Luego de bajarme de la micro en Av. Las Condes con Padre Hurtado comienzo a caminar hacia Kennedy, cuando no existía el Alto Las Condes y doblé por Las Verbenas. Siempre concentrada en no perder la orientación porque nunca había andado sola por aquellas calles, se me acerca en su bicicleta y comienza a hablarme. En 2 minutos de conversa acerca de cine y colegios, llego a la conclusión que es el tipo más insoportable que había conocido en mi vida.
Obviamente íbamos al mismo sitio y una vez sentada en aquella clase, con aquellos compañeros, intuyo que las diferencias sociales son incluso más marcadas de lo que había observado en mis cortos 16 años de aquel entonces. Yo, por supuesto, chancho en misa.
Momento n°2:
Agarro mi cdwalkman alias la almeja, con pantalón de buzo, zapatillas y cintillo. Seguramente sonaba Morcheeba que era mi grupo favorito de ese entonces y me dirijo caminando a la Plaza Pocuro. Comienza el trote, lento primero y un poco más rapidito después. Para variar se me empiezan a caer los mocos y no tengo con qué sonarme (buena es la polera por el revés en estos casos). Llevo la poco impresionante distancia de 5 cuadras cuando decido sentarme mejor en uno de los escaños. Prosigo y por fin llego a Los Leones. Miro la hora y son casi las 8 de la tarde. Es 24 de diciembre y debo devolverme... aunque no habría un panorama más entretenido.
Momento n°3:
Dejo el auto en el taller de la calle Cuevas y camino hacia av.Matta para tomar la micro de vuelta a la casa: la Bilbao Lo Franco. Suerte la mía y pasa rápido. Cerca de Santa Elena comienza una balacera en la calle, pero no entiendo nada de lo que pasa. Nadie parece muy preocupado, por lo tanto, yo tampoco. La micro retoma su camino y todo parece una mala broma.
pd: quiero andar en bicicleta pero temo que olvidé como se anda.
Etiquetas: relatos
