La cosa es que esta semana que terminó me "sacaron los choros del canasto" y no fui capaz de lanzar el famoso "¿por qué no te callas?". En vez de eso, debo haber puesto cara de póker y continué con mi día, como siempre.
Me molesta que me digan lo que tengo que hacer. Yo veré cuándo lo hago y cómo lo hago. Si necesito ayuda, no dudo en pedirla pero me falta entereza para sacar afuera esos sentimientos de natural born killer que llevo adentro.
En fin, espero que no me sigan picoteando como con un tenedor en la espalda esta semana que se viene, porque ...
no, no creo que haga nada (me seguiré comiendo la mierda).
pd: quiero aclarar por si acaso, que no son órdenes dadas por algún superior.
Etiquetas: nota mental, quejas laborales
Con los demás, una vez aguanto y pongo cara de poker como tú, pero a la segunda, ya estaríamos adoptando las costumbres de la realeza...
Saludos