en todos los segundos
28 agosto, 2007
El domingo estaba leyendo el diario sentada al sol en la silla del perro (se apoderó de aquélla pero me la presta de vez en cuando). Ni me acuerdo que leía, seguramente buscando los avisos de trabajo para copuchar donde hay vacantes o tal vez viendo las fotos de la gente que sale en la Vida Social (donde de repente me encuentro con más de alguna cara conocida de antaño)...la cosa es que de repente empieza a sonar en el computador una añeja canción que me dejó sumida en la más larga pausa que soy capaz de hacer estando despierta (¿3 minutos?).

ojalá pase algo que te borre de pronto,
una luz cegadora, un disparo de nieve,
ojalá por lo menos que te lleve la muerte...
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones


Cuando escuchaba esta canción de Silvio era muy chica (era la época también en que cantar Silvio junto a la guitarra mejor o peor tocada, era lo que la llevaba). Ninguna dimensión acerca de su contenido, no me imaginaba ni lo que cantaba.

ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal
ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo
ojalá que la luna pueda salir sin ti

Olvidar es una de las cosas más difíciles por las que he pasado y supongo que el resto también. Es como un laberinto lleno de falsos pasillos que a veces tomas y que no conducen a la salida. A veces con ganas de agarrar a patadas hasta una simple hoja inofensiva botada y otras, sin ganas de andar.

Una vez que la luna salió solita y que uno puede cantar una canción como ésta sin que se quiebre la voz ni se te pongan los ojos vidriosos, podríamos considerarnos sanados.

ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta...



Etiquetas:

divagaciones de eat-desserts a las 9:21 p. m. | 13 guiños
el fiscal: el desenlace
22 agosto, 2007
Espero que el señor fiscal no lea blogs ni me googlee (estoy a punto de cambiar mi dirección url) porque el interrogatorio de hoy fue digno de un capítulo de Los Practicantes.

Todo comenzó al llegar al edificio del Ministerio Público, que es nuevo y bastante grandilocuente por decirlo de alguna manera. Mi abogado (¡que suena agrandado!) estaba esperándome en la entrada. No lo conocía en persona, sólo por teléfono. Resultó ser un tipo bastante agradable que me explicó rápidamente de qué se trataba el "trámite".

Se me olvidaba, el juicio es del tipo "negligencia médica" que no vale la pena explicar y yo tenía que ir a declarar en calidad de "perito" por haberle hecho un exámen a la paciente.

El abogado me hizo hincapié en que tenía que referirme sólo a lo que había escrito yo y que no diera "opiniones". Además me advirtió que el fiscal era complicado, pesado y cuando entró en confianza (a los 2 minutos) me dijo que era un "pendejo arrogante" que se creía superman...y que tendría que entrar solita a su oficina porque era el único fiscal que no dejaba pasar al abogado.

¡Okey!. Al pararme del asiento, me miró con cara de "que la fuerza esté contigo" (¡chuata, voy donde el cuco!, pensé)

Menos mal que me advirtió que el tipo era un pelmazo porque el gallo era más joven que yo y más encima usaba frenillos (que me distraian). Conocía su postura ofensiva tipo "rudo" o "no soy pendejo, soy una autoridad y respétame", en fin.

Es horrible tener que explicar algo que escribes en términos 100% técnicos y traducirlo al "castellano". El tipo no entendía, no sabía nada de medicina, me preguntó de todo...le faltó casi preguntarme por el origen de la especie humana y tipeaba mi declaración en el pc con sólo 3 dedos.

Yo hablaba una palabra y recordaba al abogado ("no dé opiniones", "diga que su exámen no da para más"), así es que me quedaba callada. Sentía como me iba a empezar a dar jaqueca y miraba como avanzaba el reloj. Más encima al tipo, lo llamaban a cada rato por otras cosas y yo perdía el hilo.

Fue duro...hasta le tuve que hacer un dibujo y explicar la anatomía e histología del útero.
Pero el abogado estaba en lo correcto. El tipo era super pelmazo y parecía juez de serie de TV. Cuando firmé mi declaración casi digo "¡por fin!" pero temí por mi vida. Fueron uno de los 50 minutos más densos en mucho tiempo.

A la salida, me esperaba el abogado que amablemente me fue a dejar al taxi y al despedirme le dije "espero no verlo nunca más". Se rió y me dijo "¡que malo habernos conocido así!"...

Además toda la gente que estaba afuera me parecía lumpen. Creo que nunca habría sido abogado.

Etiquetas:

divagaciones de eat-desserts a las 7:52 p. m. | 19 guiños
a-pro-ba-do
16 agosto, 2007
"yo no fui, señor juez", "no sé nada de nada", "exijo a mi abogado"..."I'm not guilty".
Así le diré a "usía" el próximo miércoles. Hoy después de ponerme al día con las copuchas del trabajo number one, casi me caí de poto cuando vi el papelito de la citación a la Fiscalía.

Seguro que es lo mismo que siente la gente al agarrar una biopsia y leerla: palabras ajenas, escritas en no sé qué idioma: "causa", "fiscal", "perito", "arresto"...aaaaagh.
No sé si es bueno o malo, pero nadie sabe-ni siquiera el abogado- por qué tengo que ir. Así es que será un completo misterio no sé hasta cuando.
Por un momento, lo admito, se me pasó por la cabeza que el fiscal iba a ser como el de la teleserie (Alguien te mira)...pero no, seguro que no. La única vez que fui al juzgado a declarar fue hace 4 años y la actuaria escribió biopsia con "v" (tuve los más oscuros pensamientos...o sea si no sabía escribir, qué podía esperar del proceso entero). Supongo que mi declaración sirvió para algo y creo que no eché al agua a nadie ("él es el asesino"...no, mentira).
Eso por una parte.

Por otro lado, hoy llevé mi auto a su revisión técnica. Siempre me pone nerviosa este trámite... no siempre ha pasado: el primer año que le tocó, salió rechazado porque tenía el medio hoyo en el tubo de escape. Ya lo sé, las mujeres tenemos cero sensibilidad con los autos (yo creo que debe ser como los papás con las guaguas que lloran en medio de la noche)...por supuesto que nunca sentí que andaba manejando en modo-turbo. Al año siguiente me habían sacado la Planta de revisión del lugar acostumbrado y me costó encontrar alguna. Bueno, hoy aprobó sin problemas. Ni siquiera quise mirar cómo lo hacían. Me senté a ver un video de Enrique Iglesias, que detesto y empezaron las divagaciones mentales y la lucha para no quedarme dormida hasta que sentí mi nombre retumbar a través de unos parlantes tarrientos.
Recibí las llaves y los papeles y me quedé mirando al tipo esperando la explicación del rechazo. No, aprobado totalmente.

Pero sigo metida con la citación a la Fiscalía...

A todo esto (post disgregado, lo sé) un saludo para la Lorena, yo sé que lee aquí: me llegó la postal (desde Alemania, ejem!) y le he contado a medio mundo. Además que los dos meses se pasaron volando...hay mucho material de relato para ponernos al día, por no decir que está lleno de copuchas, pelambres y demases. Recuerda el verano europeo, porque aquí ha hecho un frío de mierrrrrrr.

Etiquetas:

divagaciones de eat-desserts a las 5:09 p. m. | 20 guiños
Mil palabras, bah! cien palabras
12 agosto, 2007


El año pasado que me creía escritora, decidí hacer dos cuentos para el concurso Santiago en cien palabras. En realidad me daba vergüenza pero el Felipe me animó a mandar lo que tenía y fue así que como 3 horas antes que se cerrara la recepción de los cuentos, mandé el mail.

No es nada de fácil escribir un cuento corto, menos si es de cien palabras...es que no son muchas. Gracias al contador de palabras de Word pude ir podando los textos que tenía. Divertido resultó el experimento...

Pero no gané ni un chicle. Los premios están bastante buenos para este año, me conformo con el pasaje a Beijing para ir a los Juegos Olímpicos del 2008...

Como ya es pasado, les dejo el cuento que escribí para el concurso del 2006. Se titula: "la poza":


Apoyada en el pasamanos de la escalera de madera, abrí bien grandes los ojos, con cara de sorpresa. Un abrazo amistoso y cordial, me dio.

Alguien quería pasar, había ruido y movimiento. Como que uno escucha música de una banda sonora, un pestañeo y vuelve el ruido y el movimiento.

Adiós o hasta pronto.

Salí, sonreí y avancé. Al saltar desde la vereda, caí con sólo un pie dentro de una poza que sólo cubría ese pedazo de calle.




Y aquí agrego ahora, después de 1 año:

¡ÑOÑA, APRENDE A CRUZAR LA CALLE!

Voy a pensar qué escribo para el de este año. No me quedarían mal unos pasajes a China...¿quién va conmigo?

Etiquetas: ,

divagaciones de eat-desserts a las 11:36 a. m. | 18 guiños
Encuentros, reencuentros y otras vainas
02 agosto, 2007

Es extraño cuando nos encontramos por ahí con gente que se quiere evitar. Me he visto huyendo a través del supermercado, por ejemplo: el otro día iba embalada entrando con el carro cuando divisé a aquel pelmazo justo entrando también. Me metí por el pasillo paralelo para poder verlo desde el fondo y espiar su avance sin que me notara (algo así como detrás de los filodrendros de la sección jardinería). Pensaba desesperadamente en un plan B por si nos topábamos pero no se me ocurría. No quería comenzar a hacer en ese momento un resumen de mi-vida-para-gente-que-no-es-mi-amiga de mis últimos 1500 años ni quería tampoco entablar una conversación similar de mi parte (¿qué has hecho?, ¡qué bien!, ¿tu familia?). Nótese que no siempre me pasa, es sólo cuando veo a pelmazos o pelmazas. Hace como 3 semanas me encontré en una tienda con una compañera de la U que no veía hacía muchos años pero fue todo un agrado conversar con ella, incluso como que nos vimos desde lejos y nos apuramos para saludarnos…

Me encontré una vez con una chica que fue mi amiga de la infancia: de esas buenas amigas, con la que organizábamos quedabas a dormir en su casa o en la nuestra, veraneábamos juntas con las familias, no nos separábamos en todo el verano (incluso su hermana era compañera mía del colegio). Nuestro encuentro fue tieso, sin emoción, fome, vacío, sonso. Me dio rabia porque tratábamos las dos de ponerle empeño pero ya no teníamos tema de conversación y eso que no fue en la calle, fue en una casa donde se supone hay menos presiones y menos apuro.

Andaba por ahí con alguien, en un meeting por así decirlo y nos encontramos con una pareja de edad media de la vida. Me presenta a estas personas, me introducen en la conversación e incluso nos sentamos en la misma mesa para el almuerzo. Yo los encontré bastante simpáticos a los dos, bien sociables, me conversaban, todo bien políticamente correcto. Cuando ellos se paran porque se tenían que ir antes que nosotras y se alejan, me dice ella (la que me los presentó) que él era tonto e insoportable y que ella estaba muy “recauchada” de cara. Me quedé atónita porque yo pensé que aquel reencuentro entre ellos tres había sido poco menos que notable (casi momento kodak) y nada que ver.

Bueno y también está el otro tipo de encuentros, de esos en los que apareces justo en el lugar y hora precisos y que hacen que la historia se escriba diferente…aunque sea por un ratito.

Tal vez me anime a relatarles ese encuentro.

Etiquetas:

divagaciones de eat-desserts a las 9:51 p. m. | 14 guiños
y