De pronto, mientras miraba a la gente jugar y el agua venía hacia mis pies, lo vi entre la multitud. Retrocedí en el tiempo en forma inmediata y lo vi venir hacia nosotros.
Me senté en la arena mojada y hundí los dedos en el barro, venía nuevamente la ola que me mojó la cara.
Comprendí que ya no está aquí, se fue hace unos años sin decir adiós.
Ya no estará más en la playa, ya no tocará más la guitarra. Así de niñas,éramos sus espectadoras y admiradoras.
Miré de reojo nuevamente y no lo vi. Casi decepcionada me devolví a mi lugar.

In memorian de mi tío Raúl. El 5 de febrero era su cumpleaños y ayer estaba en la playa y lo vi entre la multitud. Me acordé, sin querer de él, por la fecha y el cumple (como no quiero que nadie de los que está aquí se ponga triste, me callé este pensamiento).