Amanece, mi mamá nos despierta y el cielo aún está un poco oscuro. Hace frío pero es el primer viaje de vuelta a mi natal Concepción. Mi papá nos apura y salimos aún con pijama. Nosotros cerramos los ojos y esperamos que el viaje se haga corto. Mi mamá reparte dulces y jugos en caja, suenan los acordes del country que aún recuerdo y que es bien pegote.
Amanece y ya voy rumbo a mis primeras vacaciones sola. La mochila lista, las ganas infinitas. No tengo sueño y él me acompaña. Vamos con el itinerario pensado y cantamos en el camino. Amanece ahora en Chiloé y mañana será en Puerto Varas. Amanecimos muchas veces juntos, pero después ya no fue lo mismo.
Amanece y espero para que me lleven al aeropuerto. Me acompaña mi incondicional amiga, junto a su mochila prestada e inmensas ganas. Risas previas imaginándonos perdidas en San Pedro, arrastrando una gran maleta con ruedas. Amaneció después en El Tatio, uno de nuestros más bonitos viajes. Hasta nos tiramos un piquero en la poza de al lado y nos vestimos enfrente de todos los gringos. Buenos recuerdos.
Amanece y estoy junto a ustedes, la noche rápidamente se hizo día. La música calló, la odisea fue grande, el cariño perdura.
Amanece y estoy aquí en casa, mientras algunos continúan...yo los acompaño y me asomo en pijama al balcón, veo como sale de a poco el sol. Lástima que no pueda quedarme un minuto más, mi café se enfria y la hora pasa...y yo aquí sin moverme, viendo como amanece.
Este es el segundo post seguido que te sale del alma, y yo ya estoy empezando a preocuparme. No quiero decir que no sea tu estilo, sólo me pregunto "cosas", jajaja.
Los amaneceres en la playa son los que más me gustan, y cuando la compañía es buena creo que no se puede pedir más.
Bueno, supongo que los amaneceres significan siempre el comienzo de algo nuevo, es probable.
Mejor dejo mi visita hasta acá, esto puede ser contagioso, jajaja.
Cuándo nos vemos?.