He tenido auto desde los 19 años,mi papá me pasó un auto.Era un Nissan March blanco 1000 cc, era bastante fiel y aperrado.Por supuesto, fue el compañero inseparable de las idas a la U, de los carretes y de tantas otras cosas.
Digamos que no estaba interesada en la mantención y detección de fallas o problemas(que no sabía si eran importantes o no), con suerte sabía donde estaba la palanca para que se abriera la tapa de la bencina.
En ese tiempo comenzaron las revisiones técnicas y la primera vez que lo llevé, salió rechazado. Tenía un amigo que se encargó, entre otras cosas, de acompañarme manejando a muchos lugares que no conocía y también de acompañarme al mecánico.
Mi papá tenía unos amigos que eran dueños de un taller, por ahí cerca de av Matta. A mí siempre me dió vergüenza llevar yo el auto sola y enfrentarme a los mecánicos, más a esa edad en que nadie me creía que tenía licencia para conducir. Como mi papá me conocía, llamaba él al mecánico y le decía los problemas que tenía que chequear y yo me limitaba a dejarles las llaves y después pasar a buscarlo al otro día a más tardar.
Así pasaron 2 ó 3 años hasta que me cambiaron el auto porque mi hermana Xi ya tenía edad para manejar y ley pareja no es dura: si una tenía auto, por qué la otra no. La nueva máquina fue un Nissan V16 automático usado hasta ese instante sólo por mi papá.
Como no hay que ser malagradecida, digo que era cómodo para manejar, más espacioso y que se notaban sus 1600 cc comparado con el otro autito. Me fijaba en lo cosmético, como que se le estaba cayendo la pintura o que las plumillas me dejaban un desagradable halo barroso en el parabrisas o que el aire acondicionado tiraba olor a perro mojado. Nunca me fijé que el auto frenaba con mucha dificultad, sobretodo cuando se te ocurre bajar la Pirámide con el auto cargado.
Junté plata como 5 años y me compré mi primer y único auto: el Peugeot 206. Ya sé que es auto de "mina", pero qué! si lo quiero para movilizarme. Como era nuevo, procuré hacer todo lo que correspondía, los cambios de aceite respectivos, las revisiones y nada más según decía el manual. Como escribí en el post anterior, tuve un problema la noche de año nuevo con el embrague.
Le correspondía la revisión así es que dije yo, mato dos pájaros de un tiro. No había contado con que el día que fui a ver a Pearl Jam, cuando huía del trabajo, me caí sin querer a un hoyo en Av. Matta. Era un hoyo nuevo, uno más de los 238 que ya existían entre Santa Rosa y Bustamante. Por supuesto me lo "comí", no lo vi. Obviamente, si no iba a andar tirándome a propósito adentro de estos cráteres.
El mecánico me preguntó si es que no notaba que tiritaba el manubrio, si no notaba que se iba para la izquierda, si no notaba que los frenos sonaban... y yo le dije: SI YA SÉ, SOY UNA MÁS DE ESAS, de las que no cachan nada de nada de los autos, aunque estos griten. No estoy genéticamente diseñada para captar este tipo de señales, van en una frecuencia que no detecto. Mi papá, mi hermano y mi colega Fernando se agarraban la cabeza a dos manos hoy día, cuando se enteraban de lo que me había pasado, diciendo: mujeres!
Es inevitable, soy bien intencionada pero no me resulta con los autos, eso que éste es mio y los arreglos los pago yo, auch!.
Pucha ojalá se solucionen todos los problemas de tu auto..
Cariños!!!