La primera semana del año en realidad fue bien agradable, salvo por tener que trabajar el 2 de Enero con flojera, pero quien no.
Todavía me arrepiento de todo el tiempo que perdí no comiendo sushi antes. Buen lugar y buena compañia: Tadashi y la Carola ... detalles de nuestra conversación no serán revelados porque protegeremos a los inocentes que no participan de nuestra conquista del mundo.
El viernes tenía comida de despedida y comí lasagna de berenjenas. Rica, rica...aunque no me arrepiento del tiempo que no comí berenjenas porque nunca van a quedar como las de aquel restaurant.
Esto de andar con la pila descargada es francamente desagradable a ratos. Como que me tengo que esforzar el triple en no escribir incoherencias en mi trabajo y la hora pasa más lento.
El fin de semana me fui a Viña, así no más. El viernes me fui adonde venden pasajes y dije "me da un pasaje para mañana a Viña, para después de las 11...gracias".
Así de fácil, pesqué mis cosas y partí, dejando la cama deshecha, la basura sin botar, la ropa arrugada y el árbol de navidad tal cual.
La vida es curiosa: siempre he querido conocer a alguien famoso, tipo músico, de preferencia rockero, que agarre la guitarra y cante en mi casa... me pasó este fin de semana, pero NO lo conocía (jaja). Es como para agarrarse la cabeza con las dos manos, pero así son los gustos musicales y el "target" como dicen los que se manejan en esto de la industria musical: ya no soy una teenager que sufre.
En fin, ir a la playa con Paris Hilton (nuestro famoso niño Kudai) fue todo un cuento, lo reconocían a pesar de su camuflado polerón con gorro. Después en la calle, le pedían autógrafos...hasta en la piscina del edificio lo "atacaron". Pobre...el precio de su fama. Esto de andar con Paris Hilton en el auto, en el supermercado, en la playa, en la calle tenía su gracia. Nos faltó el paparazeo y la persecución en auto o de la turba de niñitas con sus mamás.
Llegué anoche a mi casa y la cama estaba desecha, la basura podrida, el árbol de navidad tal cual y la ropa sin planchar. Hoy lunes, la vida sigue tal cual pero con el dejo a aire marino.
Etiquetas: relato
Qué envidia.
Yo necesito arrancar, olvidarme del mundo y reventarme a destajos.
¡Esta juventud, Dios mío!
Cariños-