Me subí al ascensor después de caminar mucho rato por Providencia, después del trabajo. Escuché una voz que decía que la esperara y así lo hice. Era la mujer que siempre saca a pasear a una bonita Labradora color chocolate todas las mañanas, como a las 7:15, cuando yo salgo.
- Hola, dije.
- Hola, ¿cómo estás?.
- Muy cansada, fue una semana dura.
- Mmm. ¿En qué trabajas?, me preguntó.
- Soy médico, patólogo...veo biopsias (para aclararle más el asunto).
- ¡Ah!...¡eres de las que nos tiene el alma en un hilo cuando te dicen que te van a hacer una biopsia!.
-...mmm
- aquí me bajo, chao.
- ...
Bueno, ahora estoy del otro lado de la vereda.
Un besote.-