Quiero sentarme yo en la silla de vez en cuando
26 julio, 2005
Hace unas horas me quejaba de que algo me pasaba y no sabía que. Me molestaba algo, como el aire, el día, no sé. Esas cosas que le pasan a todo el mundo, creo.
La piscina salvó, tanto que el Camilo me miraba con cara de "nuevamente perdiste la cuenta" cuando seguí nadando 50 metros más de lo que me habían dicho. Es que debajo del agua parece que el tiempo se detiene y todo se fragmenta. Sí, puedo separar el trabajo (el maldito proyecto), de la "vida en general". Pensar en que me quiero ir de vacaciones, pero no tengo plata; pensar en que tengo que hacer la tarea y no la he empezado; pensar en que quiero nadar en agua más caliente y ésta está tibia para helada no más. En fin, muchas ñoñerías y nada profundo.
Pero por esas cosas de la vida, en vez de empezar con mi tarea abrí el messenger. Quería saludar a mis hermanos y me encontré justo con los dos amigos que lo están pasando mal ahora.
No los he visto en persona, no nos hemos encontrado y es raro que yo vaya especialmente a buscar a alguien o me haga la invitada. Pensé que estaban sentidos conmigo, pero uf! pienso en ellos todo el tiempo.
Mi famosa silla de la catarsis, esa que nadie quería, es echada de menos y yo casi siempre estoy al lado para escuchar a todos los que se sientan ahi. Es raro, pero a veces me gustaría a mí sentarme en esa silla, pero ¿quién me va a mirar del otro lado, de dónde me siento yo habitualmente?.
La verdad es que yo no les digo nada extraordinario, sólo los escuho (el que quiere llorar tiene la ventaja que nadie lo nota, porque es demasiado piola su ubicación) pero algo debo tener para que varios y varias se quieran sentar allí y la verdad es que no lo he descubierto aún. Suena muy soberbio ahora que lo leo, pero "la caridad empieza por casa".
Uf! han pasado varias horas desde la tarde y me siento bien.
divagaciones de eat-desserts a las 2:07 a. m. |

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