Puedo escribir los versos más raros esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, los vecinos de abajo».

La torta de la noche gira en el cielo y cae.

Puedo escribir los versos más raros esta noche.
Yo quise que nos juntáramos, y a veces más de dos veces en el mes.

En las noches como ésta los tuve bajo mi techo.
Escuchamos tantas veces las mismas historias bajo el cielo infinito.

Él me quiso, yo la quise, todos nos quisimos,
a veces yo también los quería.
Cómo no haber amado sus grandes estupideces.

Puedo escribir los versos más raros esta noche.
Pensar que nos conocimos. Sentir que somos locos.

Oír la noche inmensa, más inmensa con ellos.
Y el verso cae al alma como la torta al vacío.

Qué importa que la torta cayera y no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ellos están conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien habla. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con que el Hincha haya cerrado su blog.

Como para embarrarla, alguien le pregunta por ella
pero ella ya no está con él.
La misma noche que hace blanquear nuestras conciencias.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Oh sí y dígannoslo a nosotros.

Porque en noches como ésta estuvieron por aquí.
Mi alma no se contentará nunca si alguna vez se pierden.

Aunque éstas no serán los últimas juntas que tengamos,
y éstos no serán los últimos versos que yo les escriba.


Obviamente basados en Poema 20 de Pablo Neruda