Una vez fui a un cumpleaños, un viernes en la tarde, en una casa que tenía un tremendo garage cerrado. Había una mesa cubierta con un mantel de plástico, de esos con monitos con motivos referentes a la ocasión, vasos plásticos, muchos globos y piso de baldosa.
Bebidas, ramitas, suflés de colores y mucha música.
Lo que aún recuerdo es la sensación de estar presenciando un gran descubrimiento: el pan caliente, el tomate picado con harto jugo, la palta perfectamente molida, la vienesa recién hervida y la mayonesa casera, de esa que hace la nana un rato antes.
Aún recuerdo el sabor del primer completo que me comí en aquel cumpleaños, no tendría más de 8 años y hoy que estoy en este día helado, un poco aburrida-lo confieso, se viene a mi mente aquel recuerdo y me quedaré sólo con eso.
Ninguna posibilidad de igualar el sabor que me quedó marcado en lo más primitivo e instintivo de mi cerebro.
Me quedaré con las ganas...
nota: acabo de leer el blog de
Amyluna y no tenía idea que había escrito de los completos. ¿Qué tendrá el aire hoy día?: ¿Antojos de completos?.-
nos leemos