Falta poquísimo para dos cosas importantes.
En 1999, después de meditar sobre la pérdida de tiempo y dinero que significaba para mí la incursión en el gimnasio, decidí ir a preguntar a ocho cuadras de mi casa cómo era la cosa de la piscina. Admito que tres años antes había tenido una miserable participación en las clases de natación que tuvimos en la U: apenas sabía nadar, el profesor me pegaba con un palo en los pies cuando los asomaba fuera del agua (último, ya lo sé), el nivel de cloremia era tan cercano al 100% que casi me vuelvo blanca (jajaja) y los camarines eran lo más cercano a lo que me imaginé vivieron los primeros cristianos perseguidos en la Antigua Roma. Salía tan pasada a cloro del agua, que más de alguna vez alguien hizo el comentario cerca mio, que se había quedado afuera el trapero del piso.
Retomé entonces mi escaso nado con poco entusiasmo, hasta que del grupo ultra novato me cambiaron al que seguía, que era algo así como un intermedio. Ahí llegó Alfredo, un joven ejecutivo que se las daba de bacán y experto nadador. No me daba cuenta que en la pista, le sacaba bastante distancia al hombre. Un día, mientras esperábamos la llegada del resto, me miró fijamente y me dijo: "algún día te voy a alcanzar, chica". Miren ustedes, me di cuenta que era "un diamante en bruto" (zaaaa) y que no lo hacía tan mal como antes.
De acuerdo a mi nuevo status alcanzado de "casi experta" según yo, me fui comprando todos los accesorios pertinentes: el traje de baño Speedo, los lentes, el gorro de silicona con dibujo taquillero (una piraña que decía BAD TO THE BONE), la naricera (un estorbo al final), las hawaianas Reef. Así estuve varios años, creyéndome el cuento más o menos.
Después tuve otro profesor que me hizo cambiar de opinión. Yo era ahí no más, no dominaba la técnica de ninguno de los tres estilos que sabía hasta ese momento pero me convenció que podía mejorar si le ponía empeño.
Desde el verano del año pasado, la Carola es nuestra entrenadora. Te da ánimo siempre, aunque haga frio, esté lloviendo, haga calor, estés medio deprimida. Siempre tiene alguna propuesta para que mejores lo que estás haciendo.
Puedo decir con orgullo que aprendí los cuatro estilos del nado(hasta piropos he recibido por mi mariposa), que tengo los mismos accesorios porque consideré que no merecía cambiarlos, creo que ya he sufrido parte de la metamorfosis y me salieron escamas y que
ESTE SÁBADO A LAS 18:30 HR TENGO MI PRIMERA COMPETENCIA Y QUE ESTOY MUERTA DE SUSTO!!!!
La otra cosa importante es el 22 de Noviembre a las 21:00 hr.
suerte *******