Oye, no tengo polera negra!
Así empezó el "ritual" de nuestra preparación para el recital de Placebo (Stgo, 1 de Abril 2005). Sabíamos que el público a nuestro alrededor iba a ser bien dark. Mi amigo César me había sugerido, no sutilmente, que debía disfrazarme de gótica para mimetizarme.
Encontré en el msm a maestro Kung Foo y le comenté esto. Me respondía medio desconfiado, pero al final me encontró la razón. Todo ok, todo 10-4 (ni idea lo que esto significa, pero cuando digo esto, se da por entendido que quiero decir todo bien).
Salimos de la casa con la
Cony completamente vestidas de negro, hasta con maquillaje ad-hoc. Toda la parafernalia armada: celulares amarrados, entradas, algunos billetes y eso.
El viaje en metro fue un verdadero parto. No lo ocupo nunca, como tres veces al año a lo más y justo ese día hubo problemas. Ya subirse al carro a la hora del taco no es gracioso. En medio de nuestro recorrido por la línea 1 se detuvo por largos 27 segundos. No podía ser, qué onda?.
Por fin, reanudó la marcha, logramos cambiarnos de línea. A escasos metros de la bendita estación Cal y Canto (nuestro destino final y esperado) se volvió a parar pero ahora se había cortado la luz. Noooooooo! gritamos y nos lamentamos, no fuimos las únicas, habían unos góticos que también se quejaban en voz alta. Sólo nos faltaban como 3 horas para que el recital empezara y nosotras ahí atrapadas en medio del calor y la penumbra. Yo me imaginaba a los envidiosos de siempre cómo se iban a reir de mí cuando supieran que habíamos quedado atrapadas en el metro sin ver a Placebo.
Pero estaba exagerando, volvió la luz después de 8 minutos y llegamos al destino.
A todo esto, maestro Kung Foo estaba atrasado porque se había quedado atrapado en el trabajo y lo llamamos para decirle que nos tendría que encontrar adentro de la Estación Mapocho, supuestamente iba a ser fácil. Al principio todo bien, entramos, quedamos al medio medio, sentadas en el suelo, cómodas, mirando la pantalla que pasaba el dvd Soulmates never die.
Faltaban 40 minutos y ya la gente nos había rodeado, dejándonos algunos centímetros para movernos. No sé como ví a mi amigo y a su señora y ellos nos vieron a nosotros. A punta de codazos y empujones nos juntamos por fin.
Comenzamos a ver unos bultos que dejaban en la orilla. Ah! no eran bultos, eran niñas desmayadas (un mensaje: niños, no se fumen un pito en un recinto cerrado con 8 mil personas aplastándolos). La sra Foo por suerte es intensivista (léase médico especialista en cuidados intensivos), si tenía un paro respiratorio tendría reanimación cardiopulmonar al instante. La idea era no morir antes que empezara el recital.
Maestro Kung Foo daba codazos y empujones para que no nos aplastaran tanto. Yo veía el escenario a través de unas cabezas estratégicamente ubicabas que si se movían un poco, me iba a la mismísima mierda con el paisaje. Malditos apitutados los que estaban en el balcón, ¿qué hacer para llegar al maldito balcón?.
La Peke Foo se me arrancaba para adelante y yo la agarraba del gorro del polerón para volverla al lugar. ¿Qué le dirá a mi mamá si se me perdía la cabra chica?
Faltaba 1 minuto, apagan las luces, gritamos a todo lo que nos dió la voz. Los primeros acordes de la introducción de Taste in Men y segundos después comienza a cantar Brian Molko: come back to me a while...
Saludos!